Los Hermanos Karamazov - Fiodor Dostoievski
- whatever-blog
- 5 abr 2016
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Resumen:
La historia relata los acontecimientos que suceden a la decadente familia Karamazov, que puede encontrar el origen de sus desgracias en el libertino padre, Fiodor Pavlovich. Este es un hombre que en su vida no hizo más que poner en primer lugar sus deseos, dejando de lado sus responsabilidades, principalmente, la de cuidar de sus hijos. El mayor de ellos es Dmitri, hijo de su primera esposa, un joven mal encaminado como su padre, impulsivo, violento, que desperdicia su dinero y se comporta como un bribón con las mujeres. Le siguen Iván y Aliocha, hijos del segundo matrimonio. Iván es un joven ateo, que al no creer en Dios niega la existencia de una moral, o al menos de su importancia. Él detesta a su padre tanto como Dmitri, es inteligente y frío a comparación de sus hermanos. Y Aliocha -a quien el autor denomina el héroe de la historia- es un joven que ante el desamparo de su familia, acabó en manos de un monasterio, donde creció admirando la figura de un sacerdote (Zósimo), adoptando su modo de vida y sus enseñanzas, basadas en la fe y el amor. Hay un cuarto hermano, Smerdiakov, hijo no reconocido de Fiodor Pavlovich y una ramera que murió en el parto, y al que este contrató como cocinero.
Dmitri está comprometido con Katia, una joven a la que no se sabe si ama u odia, cuya relación comenzó cuando él la humilló entregándole su dinero a cambio de que ella fuera sola a su casa, humillación que ella aceptó para salvar a su padre de la quiebra. Meses después, ella cobra una herencia que la pone en superioridad con su prometido, cuyo padre deja de darle dinero. Katia sabe de la vida libertina de Dmitri y de sus amantes, pero se resigna a creer que podrá salvarlo. Ella le da tres mil rublos para que solucione un asunto en Moscú –aunque este acto no es más que una prueba a su lealtad-, pero él, en cambio, los malgasta en una sola noche con la mujer que lo enloquece, una ramera de mala reputación, Gruchegnka.
Gruchegnka no está interesada en él ni en su padre, que también se ha enamorado de ella. A pesar de esto, surge una rivalidad entre padre e hijo por el amor de la joven, y Fiodor cree tener a favor la suma de tres mil rublos que guarda en su casa para cuando Gruchegnka lo visite. Al mismo tiempo, decide apoderarse de la herencia que le corresponde a Dmitri de su madre fallecida. Mientras el drama se sucede, Aliocha siempre trata de unir y salvar a su familia, pues antes de morir, el padre Zósimo predijo que ocurriría una tragedia a los Karamazov y encargó al joven que los cuidara. Su muerte entristeció mucho a Aliocha.
Una noche, Dmitri ya no soporta más la idea de no tener a Gruchegnka a su lado para toda la vida y que por el contrario, su padre se quede con ella. Cree que para ganarla solo necesita dinero, entonces decide pedirlo, y si no lo consigue de tal modo, se lo robará a Fiodor Pavlovich. Impulsivo, va a la casa de su padre para golpearlo, pero se encuentra con que su sirviente lo persigue gritándole parricida, entonces lo golpea y al instante se arrepiente de hacerlo e intenta limpiar su herida. Luego se marcha. Averigua dónde está su amada, quien esperaba a otro hombre, y termina en un bar en el que gasta los mil quinientos rublos restantes de la suma que jamás había devuelto a Katia. Allí se muestra tan noble y desesperado por su amor –hasta el punto de pensar en el suicidio- que despierta un ardiente amor en Gruchegnka. Pero entonces la policía lo detiene.
Fiodor Pavlovich ha sido asesinado. Se interroga a Dmitri y Smerdiakov, únicos sospechosos del crimen posibles. Todas las pistas parecen apuntar a Dmitri (sus ropas ensangrentadas, la suma de tres mil rublos desaparecida y la que él gastó la noche anterior, el ataque al sirviente, el mortero en su mano, el grito de parricida, una carta que él escribió borracho, el conocido odio y rivalidad con su padre). Dmitri se declara inocente, aunque cree merecer ser castigado por todos los males que ha hecho en su vida y que continuará haciendo si no se lo apresa. Se llevará a cabo un juicio donde se determinará su culpabilidad.
Iván sospecha de Smerdiakov –con quien solía tener conversaciones en las que le exponía sus ideales y pensamientos ateístas, anti moralistas, y el desprecio a hacia su padre-. Éste le confiesa que ha sido él quien cometió el crimen y robó los tres mil rublos, pero que lo hizo porque Iván lo incitó a hacerlo, que fue Iván la verdadera mente del asesinato, y quien sostenía que ‘todo estaba permitido’. Iván se atormenta, la culpa lo trastorna hasta el punto de que enferma y tiene alucinaciones donde ve demonios. Concluye que dirá la verdad, por más que eso lo perjudique, por más que no sienta ningún afecto por su Dmitri.
Smerdiakov se suicida, dejando una nota que solamente dice que nadie tiene la culpa de su muerte. En el juicio, el abogado de Dmitri da un conmovedor y convincente discurso, pero de todos modos se lo condena a veinte años en Siberia. El discurso sostiene que la psicología es un arma de doble filo, y que Dmitri no debía de llamar padre a aquel monstruo que lo dejó abandonado, le robó la herencia y aún pretendía robarle a su amada. Iván usa su dinero para sacar a su hermano de prisión y que huya a América junto a Gruchegnka. Aliocha lo aprueba, aunque solo porque la cruz con la que Dmitri había creído poder llevar era demasiado pesada para él.
*Es un resumen demasiado breve, pues se trata de una historia de 600 páginas donde sucede o se dice algo de importancia en cada una de ellas. He omitido personajes de gran importancia, como lo son Lize, Iliucha, Snieguiriov y Kolia, para centrarme en el hilo narrativo central.
Análisis:
La obra pone en manifiesto la existencia de Dios, vinculada estrechamente con la moral y la virtud. Iván, que asegura que Dios no existe, cree por lo tanto que la moral tampoco, pues si nadie nos juzga, no habría por qué inclinarse por el bien y esforzarse por mantener la rectitud de la persona. Además, si Dios no existe, tampoco habría un sentido por el que hacer el bien. Todo estaría permitido, no existirían buenas ni malas acciones. Pero toda su teoría pierde validez cuando él se ve implicado en un delito en el que no acepta la carga espiritual de un acto inmoral y siente la necesidad de confesar y sufrir el castigo. Smerdiakov, que comparte las ideas de Iván, por el contrario, no llega a sentir la culpa jamás, dejándolo claro en su carta de suicidio. Pero la ausencia de Dios en su vida, como de actos que sean buenos o malos, le dejan un completo vacío que lo conducen por un único camino: el suicidio.
Mientras que Iván es un personaje, quizá, más intelectual, que se dedica a plantear los diferentes pensamientos y la lucha contra una postura que parece no darle una solución, quien atraviesa las consecuencias de sus propias ideas y pensamientos que atravesarán profundos cambios e interrogantes, Dmitri es un personaje pasional, que sufrirá las consecuencias de sus actos, que actuará de acuerdo a sus sentimientos, bajo una conciencia y un pensamiento poco definidos, que cambian de acuerdo a lo que siente en el momento. Son cuatro hermanos sumamente diferentes, que junto al padre, el único rasgo que comparten sea tal vez:
“Un alma de gran amplitud, un alma Karamazov, capaz de todos los contrastes, de contemplar los dos abismos: el de arriba, es decir, el de los ideales sublimes, y el de abajo, el de la más innoble degradación. Para estos temperamentos desenfrenados, la degradación es tan indispensable como la nobleza de sentimientos. Es una gran verdad, esos espíritus necesitan en todo momento esta mezcla extraordinaria. No están satisfechos, sienten que les falta algo si no ven al mismo tiempo los dos abismos. Son almas tan grandes como nuestra madre Rusia y se acomodan a todo”.
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