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El Proceso - Franz Kafka

  • whatever-blog
  • 23 dic 2015
  • 3 Min. de lectura

Resumen:


Joseph K es un hombre de treinta años, soltero, que trabaja en un banco. Una mañana es arrestado en su habitación, acusado de un hecho que no conoce, por una organización judicial de la que jamás oyó hablar. Esta le permite continuar con su vida normal, pero se verá sometido a un proceso, donde se le harán juicios e interrogatorios.


Al principio, K no se preocupa por el proceso, pues no lo ve como algo serio. Él es inocente y confía en el sistema de la ley. Pero sus más allegados se preocupan y su tío le consigue un abogado. El rumor de su arresto se va extendiendo y comienza a sufrir prejuicios. Se ve intrigado por conocer los tribunales que lo juzgarán, aunque no lo consigue, pues el sector más interno del sistema judicial es impenetrable.


Con el paso de los meses, su proceso va ocupando cada vez un mayor espacio en su mente. No logra dejar de pensar en ello. En su trabajo en el banco, no consigue concentrarse, y otro empleado intenta robarle su puesto. K descuida no solo su trabajo sino también su dinero, su tiempo y sus relaciones. Comprende que ya no puede elegir si aceptar o rechazar el proceso, pues este forma parte de su vida.


No importan los esfuerzos, nada parece poder contra el proceso y los tribunales. Nadie jamás ha salido absuelto, el proceso parece un callejón sin salida para todos los acusados. Algunos procedimientos duran años, pero jamás se avanza. K lo intenta todo: contrata un abogado, intenta redactar un escrito judicial, busca sobornar a los jueces, ganarse el favor de los tribunales. Varias mujeres ofrecen su ayuda pero ninguna colabora realmente.


K decide despedir a su abogado, pues este de nada le ha servido. Va a su casa, y ve como el abogado trataba con desprecio a otro de los acusados que defendía. El pobre, llamado Brock, llevaba cinco años con el proceso y lo único que había logrado era deformar y perder su vida, para poner todas sus energías y recursos en intentar salir absuelto, algo que ignoraba que era imposible. Y algo peor, ahora dependía completamente de su abogado, hacía todo lo que él decía y hasta se dejaba humillar por él. En cuanto ve esa grotesca escena, K sale de allí.


Una tarde visita una catedral creyendo que allí se encontraría con un cliente del banco, pero quien lo espera es un sacerdote. Este está al tanto de su proceso y le cuenta una historia simbólica: un hombre desea llegar ante la Ley, pero una puerta custodiada por un guardián se lo impide. Más allá de esa puerta hay otras, con guardianes aún más poderosos, pero el hombre espera a que el insignificante primer guardián le deje pasar. Esto jamás ocurre, el hombre espera toda su vida allí hasta que muere. Entonces el guardián cierra la puerta, pues concluye su trabajo.


La reflexión que le da el sacerdote sobre la historia es que el guardián es también una víctima, pues se ve obligado a pasar toda su vida allí, sin conocer qué en el interior, temiendo a ello. Mientras que el hombre lo hace voluntariamente, pero es libre, porque en cualquier momento puede marcharse. El sacerdote se despide de K.


Pasado un año desde su arresto, dos hombres vuelven a tocar a su puerta y lo llevan lejos de allí, a un lugar oscuro. Allí le quitan la ropa y le clavan un cuchillo en el corazón, dándole muerte.



Análisis:


En esta obra, el autor nos muestra lo absurdo que es el sistema, y al mismo tiempo, la imposibilidad de luchar contra él, de oponerse. Solo un reducido grupo comprende lo que ocurre en los rangos más altos, en el interior más profundo del sistema. El resto, solo se ve arrastrado por él, sin comprender, sin posibilidad de salir. La Ley resulta inalcanzable y absurda, pero impenetrable, incluso para sus miembros más bajos. También desarrolla como el proceso va destrozando al protagonista, junto a toda su vida. Finalmente, la muerte parece ser la única escapatoria, lo que le da algún sentido al proceso, un final.



Frases Destacadas:


“Sólo se trata de un procedimiento si yo lo reconozco como tal. Por el momento así lo hago, en cierto modo por compasión.”


“Un procedimiento que se incoa contra otros muchos.”


“¿Cómo se puede evitar, dado lo absurdo de todo el procedimiento, la corrupción general del cuerpo de funcionarios?”


“Es propio de este tipo de justicia que uno sea condenado no sólo inocente, sino también ignorante.”


“Sólo temo al peligro donde quiero temerlo.”


“Sufrió la derrota simplemente porque él fue quien buscó la lucha.”


“Mostraba la expresión severa que tienen algunas mujeres en lo mejor de su juventud.”


“Proceso incoado, proceso perdido.”


 
 
 

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